Ejemplaridad al poder

¿Qué “Yo” ofrecemos ante la “Circunstancia”?

Este verano he tenido el placer de leer a D. José Ortega y Gasset, y aprovechando su célebre frase me hago las siguientes preguntas:

¿Qué tipo de persona somos ante la adversidad?

  1. Ejemplares: personas comprometidas con ofrecer su mejor versión, en cada ámbito vital, ante las circunstancias adversas de la vida; y no solo concernidas 100% por ofrecer su mejor versión desde las capacidades actuales, sino también dispuestas a evolucionar y a aprender lo necesario para que dicha capacidad alcance a las posibilidades de su voluntad.
  2. Vulgares: personas que viven impulsadas por la inercia y sin encarar las circunstancias de la vida ofreciendo su mejor yo. En definitiva, personas que ni quieren ofrecer su mejor versión personal, ni están interesadas en transformar sus capacidades individuales para lograrlo.

¿Qué tipo de adversidad estamos viviendo actualmente?

Si midiéramos la magnitud de las circunstancias actuales con la escala de Richter, creo que deberíamos asignarle el grado 12 o máximo de la misma, a este terremoto. No estamos ante un pequeño cruce de caminos, estamos ante un momento de la verdad en toda regla. Tenemos una emergencia sanitaria y económica, y a estas dos tormentas se les une el acelerón que ha provocado la pandemia en la digitalización del mercado y los retos que trae esto consigo. Por ejemplo, hemos pasado del 4% al 14% en el número de personas que teletrabajan.

En definitiva, la situación actual ha acelerado las consecuencias de la Era Digital y los líderes ágiles han de hacer lo propio con sus capacidades. Estamos ante una inmensa oportunidad que requiere de personas y líderes ejemplares, incluso héroes, que ofrezcan su mejor versión como líderes y ciudadanos.

Y quien no desee esta responsabilidad, necesitamos de su “docilidad” a la hora de reconocer la autoridad y liderazgo de los que sí quieran y puedan ser ejemplares. Necesitamos su alineamiento con el líder ejemplar aunque no estén completamente de acuerdo con sus decisiones.

Ahora bien, esto es fácil de decir, pero a la persona vulgar le puede costar reconocer la autoridad de la ejemplar; incluso puede llegar a ser hostil si tiene un perfil de “Villano”. Me viene a la cabeza el dicho español del perro del hortelano, “ni come ni deja comer”.

En conclusión, las “Circunstancias” actuales requieren de nuestro mejor “Yo” ejemplar, de nuestra heroicidad personal, en cada ámbito vital.

La hora de la ejemplaridad al poder ha llegado.

El talante de cada uno de nosotros se forja en las elecciones y decisiones que tomamos ante la adversidad de la circunstancia. Por tanto, si quieres diseñar tu elección ante la realidad actual y tomar decisiones coherentes con tus elecciones, te invito a que contestes estas preguntas:

  1. ¿Estoy siendo ejemplar en los ámbitos donde es necesario que lo sea? ¿Estoy siendo ejemplar como líder de mi familia?, ¿Estoy siendo ejemplar como responsable de mi equipo?, etc. España no es país para vulgares a día de hoy y menos para villanos.
  2. ¿Mi ejemplaridad busca el interés de mi familia, equipo, sociedad? Esta pandemia nos exige plena colaboración entre todos para poder salir de ella; nos exige altura de miras, empatía y visión periférica, y capacidad de negociar con “N” de nosotros. No cabe particularismo alguno; no podemos alegar desconocimiento de los impactos de nuestras acciones en los demás, como atenuante. En esta ocasión, un garbanzo negro puede arruinar el cocido.
  3. ¿Muestro docilidad para dejarme liderar por expertos mejores que yo mismo en otros ámbitos de la vida? No podemos ser líderes en todos los frentes de la realidad. Creo que el liderazgo ejemplar se demuestra liderando y, también, dejándose liderar cuando aplica.

En conclusión, las circunstancias actuales requieren de los mejores, de la mejor versión de cada uno de nosotros, de líderes ejemplares que lideren para todos o se dejen dócilmente liderar por otros, y con máxima sensibilidad empática sobre el impacto de sus actos y decisiones en los demás, para que el resultado final no sea cero o negativo. Nos jugamos demasiado, todos.

Unas últimas preguntas de reflexión y acción:

  1. ¿Qué impide liderarte de manera ejemplar?
  2. ¿Qué te impide liderar a otros de manera ejemplar?
  3. ¿Qué necesitas aprender para convertirte en tu mejor versión en esta hora de la verdad? Y como líder ágil, ¿Qué necesitas aprender?

Si te parece interesante este post, te pido que lo compartas en redes sociales. Muchas gracias de corazón y, recuerda, no basta con la reflexión, para avanzar es necesario pasar a la acción.

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