¿Qué significa inspirar al equipo y qué importancia tiene?
Inspirar es un verbo transitivo que significa “despertar o causar en el ánimo de otra persona un sentimiento, sensación o una impresión”.
Inspiración significa “estímulo o lucidez repentina que siente una persona y que favorece la creatividad, la búsqueda de soluciones a un problema, la concepción de ideas que permiten emprender un proyecto, etc.”.
A mi juicio, los responsables de los ecosistemas empresariales, lejos de inspirar, se limitan a comunicar, escueta y razonadamente, los objetivos a conseguir por su equipo. Por ello, no se despierta sentimiento alguno que favorezca la creatividad o búsqueda de soluciones y, además, se genera cierta frustración ante la ausencia de respuestas a las preguntas: “¿Para qué hacemos lo que nos dicen que tenemos que hacer?, ¿Qué sentido tiene todo esto?”.
Si inspirar es importante en circunstancias normales, en procesos de transformación es imprescindible. Entender el para qué de las cosas, involucrarse con el propósito que da norte a nuestros actos, es imprescindible para surfear los cambios y ofrecer las mejores soluciones a los clientes, desde el máximo compromiso y responsabilidad.
En definitiva y como dice el proverbio chino, “Dime y te oiré, arguméntame y te escucharé, involúcrame y el reto será mío”.
¿Cuáles son las claves más importantes para aspirar a inspirar, “before we expire”?
1.- Sentir que yo mism@ “compro” el “para qué”.
A veces, por falta de tiempo, inercia cotidiana, desinterés, etc. actuamos sin entender y sentir el para qué de lo que tenemos que conseguir. Como responsable de un equipo no me lo puedo permitir. Creo que tenemos la responsabilidad de preguntar y explorar el propósito de los retos, en general, y de las razones imperativas de cambio en los procesos de transformación, en particular. Si no estoy inspirado es complicado poder inspirar, no te parece.
2.- Generar el ambiente adecuado para dialogar y negociar los argumentos y soluciones.
La autoridad del líder se demuestra con la solidez de los argumentos que sostienen su punto de vista y con su capacidad de dialogar para seducir e inspirar al equipo respecto del propósito que se plantea.
El contexto adecuado para dialogar es un ambiente de conversación de “persona a persona”, con respeto, humildad y determinación, sin más autoridad que el argumento y el deseo de buscar un camino común, que nos comprometa para conseguir el propósito necesario. Si no lo hacemos así, no surgirá la inspiración seductora que nos atraiga (pull) y seguiremos en la comunicación que trata de empujar voluntades (push).
Por ejemplo, recuerdo una entidad financiera que abordó un proceso de transición estratégico y las personas sabían el esfuerzo que les iba a suponer, pero nadie había dialogado con ellos, de persona a persona, para explicarles que “o todos vendían productos y servicios para empresas, con mayor margen, o la empresa podría tener serios problemas dada la situación de los tipos de interés”. La comunicación interna realizada no había creado los espacios de diálogo e inspiración suficiente para alinear el chip del equipo e inspirarlo en tamaño reto.
3.- Cambiar el chip en nuestro proceso de seducción.
Habitualmente, vendemos nuestras ideas y productos siguiendo esta secuencia: qué vendemos, cómo es lo que vendemos y, a veces, para qué lo vendemos. Ejemplo: seguro que cuando te vendieron tu último teléfono móvil te dijeron que era un modelo fenomenal (qué), con tanta gigas de ram, etc., (cómo) y punto. Secuencia poco inspiradora, incomprensible, a veces, y muy centrada en el producto, alejada de las motivaciones de las personas (clientes).
Simon Sinek propone realizar esta secuencia al revés, para seducir: por qué, cómo y qué. Yo la matizo cambiando el “por qué” por un “para qué”. Un ejemplo claro del vídeo, “The Golden Circle” (donde expone esta secuencia), es el enfoque que sigue Apple: “En todo lo que hacemos creemos en un cambio del status quo, creemos en un pensamiento diferente (para qué), por ello, hacemos dispositivos muy bien diseñados, sencillos, fáciles de usar, computadoras geniales (cómo); ¿quieres uno? (qué)”.
Esta secuencia procura inspirar un sentimiento para que el cliente, desde la emoción, se conecte con el propósito de Apple. Según la Neurociencia y el Neuromarketing, compramos desde el corazón, aunque luego procuremos racionalizarlo.
Concluyendo, el líder ágil aspira a inspirar al equipo para que, desde ese sentimiento de conexión, compromiso y responsabilidad, aportemos todos lo mejor de nosotr@s mism@s, con los clientes y en los procesos de transformación. No hacerlo genera tanta frustración y apatía que termina por hacer “expirar” el impulso de las personas en su aportación o transformación.
Por último, te invito a las siguientes reflexiones clave:
- ¿Cuál es el próximo reto de tu equipo en el que quieres aspirar a inspirar?
- ¿Qué te está faltando a día de hoy para inspirar a tu equipo?
- ¿Qué vas a empezar a cambiar para conseguirlo?
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Me ha parecido fantástico lo que expone Simón SINEK. Me apunto el ¿Por qué lo hago?.
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