Cuatro caminos, ¿fin de trayecto?

“Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia”, Marcel Proust.

¿Te has sentido sin rumbo alguna vez?

Al final de la película “Naúfrago”, protagonizada por el actor Tom Hanks, el personaje se encuentra perdido, desubicado y sin saber qué rumbo tomar, tras sufrir unas experiencias vitales muy intensas que le cambian la vida. Así son las cosas, las personas y los líderes no siempre están bien y también pasan sus malos momentos de ánimo, incertidumbre, etc.

En los últimos meses me ha pasado algo parecido y os confieso que se ha instalado en mi “yo más profundo” la sensación de haber agotado trayectos vitales que daban sentido a mi vida y que eran pilares de mi estado emocional:

• Mis hijos han echado a volar en los últimos meses. Como papi, les echo mucho de menos y añoro el tiempo y las experiencias que hemos compartido juntos. Como padre, estoy orgulloso de que la naturaleza siga su curso, con dos poderosos ríos de buen cauce y con un caudal que es “pura vida”. Dicho esto, quiero transformar la “pérdida de mis niños” en “disfrute” de dos hombretones. Ahora bien, ¿cómo estar cercano a ellos cuando acaban de despegar rumbo a su propia vida? Seguro que no es tan difícil como imagino, pero me cuesta.

• En los últimos años, he tenido grandes alegrías, pero también desencantos y pérdidas muy importantes, tanto en el ámbito familiar como en el de la amistad. Por ello, quiero apuntalar este pilar crucial para mí y las preguntas que me brotan son: ¿Con quién merece la pena compartir mi vida?, ¿De qué nueva manera hacerlo?

• En 2024, mi empresa Avanza cumplirá 20 años. Durante este tiempo, he tenido la satisfacción de colaborar con empresas como Accenture, Santander, Endesa, Telefónica, etc, y he realizado programas de entrenamiento para desarrollar “Human Skills” como “Liderazgo ágil”, “Gestión comercial”, “Gestión emocional”, “Presentaciones de impacto comercial”, “Stoytelling”, etc. En este mercado tan cambiante y competitivo, quiero seguir avanzando, pero me pregunto: ¿hacia dónde quiero ir y cómo?, ¿Cómo seguir aportando valor a mis clientes desde mis fortalezas y esencia profesionales?

• Llevo 6 años acompañando a equipos de formación. Mi misión es ayudar a los chavales a gestionar sus emociones y crecer con más recursos personales, y ayudar al head coach a crecer profesionalmente en la gestión del equipo. Por ello, quiero seguir ayudando con esta labor que tantas alegrías me da, pero el desgaste emocional que me supone es muy grande. ¿Cómo consigo cargar las pilas para volver a los entrenamientos con mi mejor versión de “coach assistant”?

La verdad, actualmente yo me siento como Tom Hanks en la foto de cabecera de este post, oteando el horizonte en todas las direcciones sin saber bien hacia dónde dirigirme.

Yo creo que en estas situaciones es donde un líder tiene que sacar fuerzas de flaqueza y empeñarse en encontrar señales de sus nuevos propósitos y rumbos, como al final de la película “Naúfrago”, cuando el protagonista encuentra una señal que cambia su mirada: NAUFRAGO….ESCENA FINAL…PELICULON – YouTube.

¿Cómo cambiar tu mirada?

Hay muchas causas que pueden disparar nuestro cambio de mirada, pero solo uno mismo tiene la llave para que ocurra realmente. Para ello, es importante sentir la necesidad de evolucionar, las ganas de cambiar de rumbo y propósito, y de aprender lo que sea necesario para conseguirlo, sin escatimar esfuerzo alguno al respecto.

Como coach, estoy convencido de que el acompañamiento de un buen profesional puede ser de gran ayuda en este viaje. Te lo dice un coach ontológico que tiene como mantras, entre otros:

• Las personas vivimos en el lenguaje. Nuestra vida no es una película muda; nosotros ponemos el guion y el sonido.
• El lenguaje no es inocente: “El cuento que te cuentas es lo que cuenta” y tiene su impacto real en nosotros y en la gente que nos rodea.
• Por tanto, si tú cambias el cuento que te cuentas, si tú cambias tu mirada y solo tú puedes cambiarla, todo cambia.

Ahora bien, en mi caso y en esta ocasión, necesito algo más fuerte para conseguirlo.

La verdad, a veces me gustaría ser como los GPS’s, que tienen claro el destino siempre, aunque no sea propio, y recalculan la ruta ante cualquier incidencia de forma inmediata, pero sigo siendo humano.

Por ello, he decidido hacer el Camino de Santiago portugués y hacer 14 etapas, a pie y con la mochila a cuestas, desde Oporto hasta Santiago de Compostela.

Mi propósito es disfrutar de todo lo que depare el camino, abandonar las comodidades cotidianas, silenciar el ruido exterior e interior, abrazar las posibles señales que surjan y conversar con mi auténtico yo, con “Este que va a mi lado”, como dice Juan Ramón Jiménez en este maravilloso poema:

Concluyendo, reconectar con quien somos y lo que queremos hacer en adelante, es una tarea propia y de vital importancia. A veces, nos desconectamos tanto de nosotros mismos que olvidamos lo que queremos ser y hacer, desde ahora y hasta la próxima estación. Además, seguro que dicha estación tiene conexiones con otras líneas. Solo hay que querer ver y seguir las señales para encontrar y disfrutar el nuevo rumbo y destino.

No hacerlo supone anclarnos en el pasado y vivir abrazados a la nostalgia de lo que ya pasó. ¿Qué elijes tú?

En mi próximo post, podcast, compartiré contigo las señales halladas en el camino. “Buen camino” para aquellos que también decidáis recorrerlo.

Por ello, te pido que contestes a estas preguntas de reflexión finales:

• ¿Te sientes desconectado de ti y sin rumbo?
• ¿Qué coste está teniendo para ti seguir igual por inercia?
• ¿De qué manera crees que podrías identificar las señales?
• ¿Qué te impide ir a por ello?

Que tengas unas fantásticas vacaciones de verano y, si te pareció interesante este post, te pido que lo compartas en redes sociales.

Muchas gracias de corazón y, recuerda, no basta con la reflexión, para avanzar es necesario pasar a la acción.

Formato papel: https://www.amazon.es/dp/B08B362B91

Formato digital: https://www.amazon.es/dp/B089S619Q8