“Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir para siempre» Gandhi.
En contra del sentido común de la frase de Gandhi, mi sensación es que vivimos la vida como si fuéramos inmortales y dejándonos llevar por la inercia de nuestros hábitos y costumbres, aunque nos perjudiquen o hagan sufrir, sin aprender de lo que nos sucede a nosotros o nuestro entorno.
Y así nos va yendo por el sendero de nuestra vida:
- Dejando pasar el tiempo sin hacer nada por llegar a ser lo que deseamos ser.
- Dejando pasar la vida sin hacer lo que nos apasiona, malgastándola en deberes y obligaciones que nos provocan más ansiedad que bienestar personal.
- Dejando pasar relaciones personales que nutren el alma y dan sentido a la vida.
- Y lo que tú quieras añadir a la lista.
Y así año tras año, seguimos siendo mortales, aunque lo obviemos, y seguimos dejando pasar los años sin renovarnos, que según el sabio refranero es lo mismo que morir o no vivir nuestra vida.
Por ello, quiero compartir con vosotros dos cosas que voy a mantener en mi forma de hacer en la vida y otras dos que quiero renovar para 2026, por si os inspira de alguna forma.
1. CARPE DIEM
Más de una vez me han llamado “intenso” por ser disfrutón de cada momento del día. Desde que vi la película “El club de los poetas muertos” (te la recomiendo si no la has visto) se me quedó grabado a fuego el querer disfrutar al máximo (“Carpe diem”) de esas pequeñas cosas que le dan color a nuestro día a día:
- El intenso azul del cielo en Madrid en un día soleado y fresco de otoño.
- El delicioso sabor del café con leche que me preparan en mi cafetería preferida del barrio, etc.
Y quiero que siga siendo así. No entiendo y me parece muy triste la actitud de algunas personas de dejar la vida pasar sin disfrutar de los pequeños placeres de la vida y poniendo solo el foco en el sufrimiento de lo que nos acontece en el trabajo, etc. ¡Qué horror!
2. ESTILO DE VIDA
Os confieso que en los últimos doce meses he perdido 12,5 kg de peso, bajando desde los 115 kg hasta los 102,5 kg actuales. No ha sido fácil y lo he conseguido.
Imagínate cómo saltaba de alegría cuando fui capaz de ponerme un vaquero que me encanta y que no era capaz de enfundarme desde hacía ocho años. ¿Te imaginas mi alegría verdad?
Cuando compartí la noticia con mis hijos, les comenté que mi objetivo siguiente era bajar hasta los 102 kg y luego vería. Los dos me comentaron la misma conclusión: tu propósito ha de ser mantener tu estilo de vida actual y no marcarte un objetivo menor de peso, y me pareció muy acertada su conclusión.
Por tanto, elijo mantener el estilo de comida, de ejercicio físico, etc. que me ha traído hasta los 102,5 kg actuales, que me hacen sentir mucho mejor de salud y que me permite ponerme mis vaqueros preferidos.
Eso sí, hay dos cosas que quiero cambiar y que me van a costar un gran esfuerzo y tiempo:
3. DEJAR DE FUMAR DEFINITIVAMENTE
Para conseguir este reto, necesito una buena razón que me motive y estar bien acompañado para no sentirme solo ante el peligro.
Es evidente que el propósito elevado lo tengo, cuidar de mi salud, pero hechos recientes relacionados con la salud en mi círculo más cercano han acelerado mi motivación para ponerme manos a la obra. Ya sabes, “cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”.
Además, en los próximos días voy a estar rodeado de personas que no fuman y que me aprecian, lo que va a hacer menos difícil el comienzo de mi reto e ir soltando el vicio que llevo dentro.
En mi próximo post os iré informando de mis avances en este reto. No hay puertas traseras de salida, ni atajos que valgan: dejar de fumar definitivamente en enero de 2026 y punto, ese es mi reto.
4. EVITAR EL APEGO A QUIEN SE DESAPEGA
Creo que en alguna de mis vidas anteriores he debido ser perro pastor porque tengo tendencia a cuidar de los demás más allá de lo que me demandan o, incluso, se merecen otras personas.
Me brota ser así, cuidar de la gente que aprecio, pero, a veces, ese aprecio no es recíproco o desaparece por la otra parte sin que yo lo perciba, y me pongo pesadito con el tema.
Este excesivo apego me llega a generar ansiedad o frustración por dar mucho más de lo que recibo en las relaciones personales. ¡Y esto lo voy a cambiar, pero ya! No sé si me he explicado claro, pero yo me entiendo: distribuir mis afectos de manera más inteligente para mí y los demás.
En definitiva, querido amigo o amiga, te invito a renovar tu vida, a extraer el máximo jugo de cada momento vital del presente (que se llama así, presente, porque es un regalo); te invito a cuidar tu estilo de vida recordando la canción “Salud, dinero y amor” (el segundo y el tercero yo los cambiaría 😉, pero cada uno sabrá su orden…) y te invito, también, a distribuir tus aprecios de forma inteligente con las personas que se dejen querer y te quieran bien, sin apegarte a relaciones que no fluyan por la razón que sea.
Para terminar, te pido que reflexiones con estas preguntas:
- ¿Qué quieres renovar en tu vida para 2026?
- ¿Qué te está impidiendo conseguirlo?
- ¿Qué vas a hacer al respecto a partir de hoy mismo?
Si te pareció interesante este post, te pido que lo compartas en redes sociales.
Muchas gracias de corazón y, recuerda, no basta con la reflexión, para avanzar es necesario pasar a la acción.



Deja un comentario