«Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así.”, Joan Manuel Serrat.
Cuidado con los relatos que compras.
El lunes pasado escuché en un programa de radio que se celebraba el día más triste del año, “Blue Monday”. Inmediatamente pensé, ¡Venga ya, lo que nos faltaba! Ahora vamos también a calendarizar y socializar la celebración de nuestras tristezas, incluyéndolas en un supuesto relato imaginario colectivo. Me niego.
Parece ser que el relato del “Blue Monday”, del día más triste, se fundamenta en varias causas: el exceso de gasto incurrido en Navidades que nos pasa factura en estas fechas, el tiempo invernal que estamos viviendo y que afecta a nuestro estado de ánimo, la frustración de no avanzar en nuestros retos anuales de cambio como persona declarados a principios de año, etc.
Claro que el sentimiento de tristeza es una emoción humana, comprensible, aceptable y sana, pero cuidado con dejar que se instale como estado de ánimo de forma innecesaria y pensando que dicha tristeza no está en nuestra mano gestionarla.
Yo mismo llevo una semana y media para olvidar, con un catarro que parece que quiere quedarse conmigo hasta Semana Santa y con un dolor en la zona lumbar que me está impidiendo salir a caminar y hacer rutas por la sierra de Madrid, y me tiene algo mohíno.
Ahora bien, está en tu mano elegir cómo enfrentas todas estas causas de tu tristeza, bien desde hoy estamos tristes y no podemos hacer nada al respecto, bien desde hoy estamos tristes, pero puedo hacer algo al respecto y no dejarme invadir el estado de ánimo.
Frente a esta celebración del “Blue Monday” (¡pobrecitos y qué le vamos a hacer!) yo te invito a cantar la canción de Joan Manuel Serrat: “Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así. Aprovecharlo o que pase de largo depende, en parte, de ti”.
Crea tus propios relatos y toma decisiones: la base del autoliderazgo.
Si no quiero instalarme en la tristeza, barra depresión, yo me quedo con la letra de Joan Manuel Serrat y actúo en consecuencia, dando ejemplo a mi equipo o a mi círculo de influencia.
Veamos ejemplos:
- Me he gastado más de la cuenta en Navidades: aprendo para el año que viene y procuro tener más disciplina financiera, distinguiendo entre aquello que necesito y lo que quiero, salvo que la alegría de gastar sea superior a la tristeza de pagar.
- El tiempo que hace es plomizo, lluvioso y frío: hasta que el ser humano no sea capaz de producir la meteorología deseada, mejor será focalizarnos en la parte positiva de la misma. Si llueve y nieva mucho, más agua tendremos en nuestros pantanos en verano, más gusto nos dará tomar platitos calentitos de cuchara en casa y calentitos, etc.
- Frustración de no avanzar en mis retos anuales de cambio como persona declarados a principios de año. En este caso me gustaría distinguir dos claves importantes de autoliderazgo:
- Visionario versus soñador: el soñador visualiza qué le gustaría ser de mayor a un año vista, por ejemplo, pero no planifica las acciones a ejecutar para conseguirlo. Un visionario sí planifica los pasos a dar.
- Responsable versus víctima: la persona responsable se esfuerza y da lo mejor de sí misma para que los pasos a realizar según la planificación ocurran y la víctima echa balones fuera, culpando a los demás y sus circunstancias de no conseguir lo que se propone.
En definitiva, si quieres auto liderarte y dar ejemplo a tu equipo, es necesaria una visión de donde quieres llegar, una planificación que establezca los pasos a seguir para conseguirlo y responsabilidad proactiva para que todo lo previsto ocurra.
Si no haces los anterior, serás una persona a la deriva, frustrada y quejica, probablemente, la tristeza se apoderará de tu estado de ánimo y celebrarás el “Blue Monday”.
Concluyendo, somos nuestro Yo ante las circunstancias. Estas últimas se nos ofrecen todos los días para que moldeemos nuestro Yo, tomando decisiones. El auto liderazgo se conforma de esta manera y será el ejemplo que demos a nuestros hijos, colaboradores, etc.
Por tanto, “Al mal tiempo, buena cara”, aceptando que como personas sentimos tristeza o la emoción que toque, pero aprendiendo que está en nuestra mano gestionarla y decidir cómo encararla, incluso los dolores de espalda y catarros persistentes.
Eso sí, ante causas relevantes de tristeza como la pérdida de un ser querido, enfermedad grave, etc., es humano e importante respetar nuestro periodo de duelo para lamer nuestras heridas antes de tirar para adelante. Procurar acelerar este proceso puede ser contraproducente.
Por último, te pido que te contestes sinceramente las siguientes preguntas:
- ¿Tus actos te dicen que eres visionario o soñador?
- ¿Tus actos te dicen que eres responsable o víctima?
- ¿Qué retos de transformación personal vas a implementar de verdad en 2025?
- ¿Cómo vas a gestionar las circunstancias que te ofrezca la realidad?
Si te pareció interesante este post, te pido que lo compartas en redes sociales.
Muchas gracias de corazón y, recuerda, no basta con la reflexión, para avanzar es necesario pasar a la acción.



Deja un comentario