Ultreia et suseia

«El camino no se anda, se vive» Anónimo.

Mis señales en el “Camino portugués de Oporto a Santiago de Compostela”.

Deseo que hayáis tenido unas fantásticas vacaciones de verano. Las mías han sido reveladoras y oxigenantes, especialmente la andadura del Camino portugués junto con mi compañera de alegrías y fatigas, Mireya.

He disfrutado y sufrido todo tipo de situaciones, que he vivido como señales de reflexión y aprendizaje, y que me han servido para volver a Madrid con un Yo renovado.

Las señales más importantes que quiero compartir contigo son las siguientes:

  • ¿Cuáles son tus propósitos de vida, para cuando se te encienda la luz de reserva?

Caminar una etapa de 25 kms. es relativamente fácil, pero cuando llevas varios días caminando y solo te faltan 5 kms. para terminar la etapa del día, bajo un sol de justicia, en plena ola de calor, y tus pies empiezan a decir basta, te entran ganas de abandonar.

En estos momentos, cuando se te enciende la señal de reserva en la mente, la fuerza que tira de ti para acabar la etapa es el propósito personal que te ha llevado a hacer el Camino que, en mi caso, era honrar a mi madre con mi devoción y esfuerzo, un año después de su fallecimiento.

Por eso, he revisado interiormente qué propósitos tienen verdadera importancia en mi vida, como norte de rumbos a seguir: la felicidad y bienestar de mis hijos y familia, los lazos de amistad con mis amigos, las relaciones nutritivas con personas de mi entorno, la satisfacción del trabajo bien hecho y la cara de satisfacción de mis clientes, la confianza ganada por un/a jugador/a en mi equipo de basket, la satisfacción personal de sentirme bien físicamente, etc.

Caminar hacia esos propósitos me hace sentir bien y me da fuerza interior para continuar frente a las adversidades del día a día. ¿Cuánto tiempo hace que no revisas tus propósitos de vida?

  • ¿Cuánto te permiten disfrutar del camino tus prisas por llegar al destino final?

Caminar hacia tu destino final es motivante, pero disfrutar de los momentos que te ofrece el camino también lo es. Algunos peregrinos están tan enfocados en llegar a Santiago o al siguiente pueblo, que se olvidan de disfrutar realmente del Camino.

Esta actitud me la ha inspirado especialmente Mireya, que disfruta a tope del aquí y ahora en el Camino. Gracias. Por ello, conocimos a Ulrika de Suecia, que nos pidió que lleváramos una foto de una conocida suya, en fase terminal de un cáncer, a la Catedral de Santiago, porque ella creía que no lo conseguiría.

También conocimos a Estefanía y Elizabeta, de Verona, con las que nos reímos hasta la saciedad enseñándoles a decir palabrotas en castellano, en nuestra última cena del Camino, con unos sevillanos muy salaos (foto). Y también conocimos a Agustín y David, de Madrid, con los que pasamos muy buenos ratos. Lo que me pude reír con David, ¡madre mía! Etc.

  • ¿Eres una persona confiable o ya te parece que no merece la pena serlo?

Compartir con una persona 15 días por 24 hrs de tiempo no es fácil. Dormir, caminar, disfrutar, pero también padecer juntos el Camino, pone a prueba una relación. También compartir las caminatas de preparación durante 3 meses, tiene su miga.

Gracias Mireya por compartir el Camino conmigo y gracias Bety por compartir las caminatas de preparación conmigo, durante 3 meses. Y, sobre todo, gracias, Mireya, por no haber dudado ni un segundo en hacer el Camino conmigo (era la primera vez que lo hacíamos juntos) y gracias, Bety, por decirme que te parezco una persona confiable.

Estoy convencido de que ser visto y considerarte como una persona confiable es un tesoro personal que hay que conservar y cultivar. No hay nada más nutritivo y energizante, personal y relacionalmente, que ser una persona de fiar.

Ahora bien, la adversidad pone a prueba nuestra confiabilidad, ante dilemas que nos obligan a decidir al respecto, pero no hay nada mejor que dormir tranquilo y tener gente que te aprecia honestamente y confía en ti.

Ultreia et suseia.

Los peregrinos en el Camino suelen saludarse con la expresión “Buen camino”. Hay otro saludo menos conocido que es “Ultreya”, que significa “ánimo, sigue adelante”, que se contesta con la expresión “Et suseia”, que significa “Y más allá”.

Mi experiencia en el Camino me ha ayudado a reconectar con quien soy, con qué quiero hacer en adelante y con los propósitos que orientan mi rumbo y me energizan, tanto en el día a día, como cuando se enciende la señal de reserva de energía en la mente.

Creo que este ejercicio personal es saludable y necesario hacerlo periódicamente, para no sentir desconcierto personal y falta de energía vital. Te animo a ello si llevas tiempo sin hacerlo. ¡Ultreia!

Por tanto, te pido que contestes a estas preguntas de reflexión finales:

  • ¿Cuáles son tus propósitos de vida actuales?
  • ¿Cuánto te permiten disfrutar del camino tus prisas por llegar al destino final?
  • ¿Eres una persona confiable?, ¿Qué te impide serlo?

Si te pareció interesante este post, te pido que lo compartas en redes sociales. Muchas gracias de corazón y, recuerda, no basta con la reflexión, para avanzar es necesario pasar a la acción.

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